Lerma: Estado físico y/o mental que no es exclusivo de nadie y que por el contrario puede acaparar a cualquiera hasta llevar consigo una especie de agazapamiento que puede resultar importante e impaciente. No es en el caso de todos, pero en algunas ocasiones estos estados son el resultado de alguna jugarreta mental y/o cansancio físico vulgar que a su vez nos conducen a un “algarazo” de sensaciones y emociones que no son necesaria ni obligatoriamente buenas.
Niño Elefante: Arquetipo perfecto, modelo único que une, reúne y engloba todos y cada uno de esos elementos relativos dentro del universo desintegrado. Podría aventurarme a decir que es un héroe de epopeya pues tomando la definición de “epopeya” como tal, representa el héroe en una guerra, el salvador de muchos en donde los elementos fantásticos no son mas que las situaciones mundanas y cotidianas de cada uno de los que tienen en él un ejemplo a seguir. Tótem sagrado que dentro de sus doctrinas deja fuera las añagazas viles, y que al mismo tiempo tiene un significado connotativo y subjetivo dado que dentro de la comunidad desintegrada no existen los mismos valores y/o creencias religiosas entre los miembros.
Madonna: Definición absurda que podría poner como aleatoria no solo para una gallina, sino para cualquier animal que aturda con su simple presencia.
Limón: En términos estricta y metafóricamente desintegrados se entiende por un personaje que aunado a sus intromisiones que son siempre y solo en circunstancias “had-hoc”, hace gala de una laberintosa y perturbada mente mostrando sus tercas otredades, las cuales son provenientes de un amable estado psicoactivo que lo hunde y lo pierde en un mar de contrariedades. Es el hipérbaton por excelencia, humilde destructor de ideas, modesto desarticulador de frases, preciso ser de mente intangible.
Apetetado: Es una de las tantas variaciones del estado lermático en cuyo epicentro podría anteponer una especie de atolondramiento producido por causas no necesariamente ajenas a uno mismo. Es un estado translúcido que, en su momento cumbre, en su momento más alto de envenenamiento, es demasiado peligroso si no se actúa con rapidez y eficacia en su erradicación aunque esta sea solo momentánea, mas nunca es espontánea, es de mucho mayor cuidado en las personas de carácter pusilánime.
Mico: Es el ícono por excelencia de los miembros de la comunidad, es el espejo de las multitudes, es un personaje pilar y quizá de los mas transparentes y representativos de todos pues engloba y encierra el resultado de la abolición de una esclavitud, simboliza la lucha por salir adelante, de no menguar ante el yugo de los superiores; trabajador nato, empedernido peón que hace las cosas con grandilocuencia. Es el perfecto modelo de las clases obrera, es por quien ruedan los engranes del mundo. Ejemplifica la amargura y personifica el desencanto como ningún otro.
Mutante: Para que exista la resistencia deben existir los mutantes, ellos fueron primero, ellos son el génesis, ellos son quienes despertaron la resistencia, ellos son el alfa, sin embargo no están destinados a ser el omega en la historia. Son la perfecta antítesis de la ideología desintegrada, son generalmente de carácter urente en el mal sentido de la palabra. Son virtuosos en el arte de incomodar, son de abundante mala leche, de fértiles nociones en los inquisitivos menesteres de mandar a los inframundos no solo a las personas nefelibatas, sino también ( y con el mismo placer ) a las normales. Carecen de cualquier valor positivo, y contrario a esto, poseen un alto nivel de pesadez en su nigromante existir.
Marta: Mujer mutante. No todas las mujeres que no son desintegradas son necesariamente mutantes ni Martas, hay excepciones aunque eso tampoco signifique que estén lejos del bien y del mal. No hay un estándar de mujer mutante, es tan nutrido como tan variados son los tipos de mujeres que coexisten. Sin embargo son las causantes de las más grandes hecatombes, y no suelen emanciparse de las cosas vacías que les dan significado a sus vidas las cuales ahondan en el hedonismo mas puro, incluso algunas veces sus formas de vida y de ser, y hasta sus propios pensamientos y sentimientos surgen de lo más ridículo, de lo más absurdo, de lo más aberrante, de lo más grotesco e irrisorio, de lo más anómalo y de lo más estrafalario, y casi en todos los casos, rayan en el estupor total e irremediable.
Roberto: Hombre mutante. No obligatoriamente es la versión masculina de las Martas, sin embargo tanto unos como otros abundan en demasía. Su total falta de intelecto y su deficiente pensamiento analítico es su principal “atractivo”. Su actitud ante la vida aparte de ser de letargo, es mas bien susceptible a una corriente de sensaciones efímeras y perecederas; y lo peor de su abominable presencia en el mundo es creerse superior en todo aspecto, está entregado totalmente a los placeres burdos y tiene total ausencia de equidad. Sus ideologías son ampliamente indeterminadas, no las rige nada salvo quizá algo vacío, sus conjuntos de ideas que no tienden a la conservación de nada ni a la transformación del mundo, están estrechamente relacionadas a la tiranía y a su falaz estandarte de la verdad en el que se escudan. Ambas definiciones (Marta y Roberto) son muy ambiguas, muy relativas, ya que probablemente todos tengamos un poco de ello en nuestro respectivo género.
Desintegrado: Sin duda la más difícil de las definiciones, la mas irregular y la mas indeterminada. Es tan compleja esta definición que algunas veces dudo de su existencia por su definición como tal. Pero en el sentido estricto de lo que se habla, la defino como todos y cada uno de nosotros los que formamos parte de esta comunidad en la que no se puede hablar de niveles por el hecho de no tener una idea concreta de lo que se trata. Sin duda, ser desintegrado es algo inefable, pues todos tenemos conocimientos de personas que sin ser miembros de la comunidad, son desintegrados. Desde una óptica exigente (y dependiendo el enfoque) el término “desintegrado” es solo el mote, es solo el sello característico y representativo, porque el desintegrado no es aquel que tiene como exclusiva la falta de una buena economía, tampoco lo es aquel que reboza en los placeres, mas bien los desintegrados son todos aquellos que son verdaderos soldados de la vida, seres que tienen como bandera la justicia y la igualdad, que están alejados y/o en contra de toda clase de represión, violencia y abuso, son gente que enfrenta las situaciones más difíciles con gallardía y que a través de un conjunto de ideales salen adelante en sus luchas diarias sin importar idiosincracia, status y posición social. Son los que ayudan a librar las batallas personales a los demás con el singular y ancestral modo de la amistad por encima de cualquier cosa y sin esperar recibir nada a cambio. Son los que luchan para que se mantenga el orden, ese orden que es soportado por la resistencia, ese orden que los mutantes intentan no desaparecer, sino transformarlo en un lecho de rosas para ellos mismos.
Resistencia: Es el movimiento, es la piedra angular de todo esto, es un conjunto de ideales, es una meta, es un fin, no es posible vivir sin ella. Es intangible, y sin embargo está presente siempre en cada una de las alegrías de los desintegrados las cuales suelen ser de gran trascendencia existencial porque están bien fundamentadas, no son alegrías efímeras ni vacías. La resistencia es el núcleo de toda esta nomenclatura, de esta infinidad de facetas, de este fascinante mundo de ideas y sugestiones. Es un sentimiento que hace reverdecer las mas olvidadas de las sensaciones de lucha que tiene cada miembro de esta comunidad, es el resquicio más oportuno en las situaciones más inoportunamente desdichadas. Es el elemento mas “nietzscheniano” de todos los aquí presentes, es la punta de la lanza e indudablemente, una de las palabras más bellas del mundo.
Jeavy Metal, Monterrey México